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Clases de yoga en Bilbao para la salud y el bienestar

En la India desde hace milenios la gente practica yoga como un método para la liberación del sufrimiento y como preparación para la muerte, con prácticas que a menudo excluyen la ejecución de asanas y ponen énfasis en la recitación de mantras, el estudio de textos filosóficos, la oración y la meditación.

En cambio, el yoga que se ha abierto camino hasta Occidente, por lo general, es un subconjunto del yoga conocido como “hatha yoga“, en el que se llevan a cabo prácticas físicas que incluyen una amplia gama de posturas (asanas), contracciones musculares (bandhas y mudras), ejercicios de respiración (pranayama) y limpiezas (kriyas) que en el fondo buscan el mismo propósito interno que el yoga original, pero que tienen una importante consecuencia externa: el mantenimiento de la salud física y el bienestar mental. Precisamente este último aspecto es el que ha seducido la mentalidad occidental, tan orientada hacia lo externo, y en el que se ha basado la popularidad del yoga en las últimas décadas. Una puerta de entrada válida que ha puesto en contacto a millones de personas con una rica tradición milenaria de salud y conocimiento.

Hay muchos estilos de hatha yoga que se han abierto camino hasta las ciudades de Europa, España y el País Vasco. Ashtanga Yoga Bilbao es una de esas escuelas que mantienen la enseñanza original de la India en su forma más pura, sin distorsiones occidentales. Desde luego, no es el único sitio donde se enseña yoga en Bilbao pero, según indican, sí se trata de la única escuela de yoga en Bilbao y el País Vasco autorizada por el Instituto de Ashtanga Yoga que dirige Sharath Jois en Mysore, sur de la India, y encaja perfectamente en la idiosincrasia local, ofreciendo una práctica de asanas dinámica y desafiante, con secuencias de ejercicios físicos divididos en pasos cada uno de los cuales se ejecutan sobre una técnica de respiración especial.

La gente en Bilbao ha respondido de forma muy positiva a este tipo de yoga. En Ashtanga Yoga Bilbao se ha creado una amplia comunidad de personas con un rango de edad y condiciones físicas muy diversas que ha incorporado el yoga a su rutina diaria. Además, este estilo de yoga se enseña como si cada clase fuera una clase privada, así que todas las personas que se acercan hasta Bilbao a aprender este yoga reciben un trato personalizado de manos de Nines y Fernando, los fundadores de esta escuela tradicional de yoga y los únicos profesores de yoga en Bilbao y Euskadi autorizados en Mysore.

La estructura típica de la práctica de yoga de esta escuela de Bilbao comprende una primera parte de calentamiento de unos quince minutos durante los que se realizan diez saludos al sol de dos tipos seguidos por una secuencia de dieciséis asanas de pie, alrededor de treinta posturas de suelo y una docena de posturas de cierre. La duración de la práctica varía entre persona y persona, pero lo habitual suele ser hora y media. El yoga que se enseña en Ashtanga Yoga Bilbao combina ejercicios aeróbicos y anaeróbicos que mejoran la resistencia cardiovascular y la fuerza muscular junto con ejercicios isométricos que aumentan la estabilidad articular y ejercicios de calistenia para el fortalecimiento del “core”. Además, la rica variedad de movimientos de este yoga que enseñan en Bilbao Nines y Fernando beneficia la movilidad de las articulaciones y convierte a este método de yoga en una gimnasia funcional en sí mismo que complementa y mejora el resto de actividades y previene posibles dolencias.

La unión entre respiración y movimiento es la clave para la consecución de salud mental de acuerdo con el método de Ashtanga Yoga. A menudo, nuestra mente se comporta más como un enemigo que como un aliado, distrayéndonos del momento presente y haciendo que tengamos una pobre experiencia vital llena de nostalgia por el pasado y ambición por el futuro sin que realmente seamos capaces de disfrutar del aquí y el ahora. La gente que acude en Bilbao a clases de yoga en Ashtanga Yoga Bilbao aprende una rutina de ejercicios dividida en decenas de pasos o vinyasas que ha de memorizar y llevar a cabo atendiendo a su propia respiración, fijando la mirada en una serie de puntos y contrayendo alternativamente abdomen y suelo pélvico, lo cual supone, a la vez que una práctica física externa, un ejercicio introspectivo que disciplina la mente y la acostumbra a perseguir y saborear cada instante, afilándola y limpiándola. Al cabo del tiempo, casi imperceptiblemente, lo que se cultiva con entusiasmo y dedicación sobre la esterilla se traslada al resto de esferas de la vida y la gente que practica yoga, bien sea en Bilbao o en cualquier otra ciudad, se siente mejor por dentro y, por extensión, brilla y sonríe hacia el exterior, mejorando sus relaciones con otras personas y triunfando en sus empresas.